Propósitos de enmienda
Año nuevo, vida nueva
Algunos humanos (bastantes) somos de rituales y costumbres. Como marca la tradición, tras las Fiestas Navideñas, celebramos el comienzo del año y, al ser una fecha significativa, tendemos a “enmendarnos solemnemente”, y proponernos una serie de cambios personales que habitualmente abandonamos casi nada más empezar.
Estos nuevos “propósitos de enmienda” tienen relación
con la intención de cuidarnos e intentar modificar aspectos de nuestro estilo
de vida: salud, deporte, nutrición, dejar de fumar…
Por supuesto, es totalmente lícito querer cambiar aquellas cosas que pensamos que no están bien del todo, como son el comenzar a hacer algo de ejercicio, bajar de peso o modificar la forma en que nos alimentamos, pero igual nos va a costar un poquito más de lo que pensamos.
En muchos casos, la motivación suele ser buena.
El método para llevarlo a cabo, no.
Desde BDM, para que tus “buenos propósitos” no acaben antes de que concluya el mes de Enero, hay cuatro cosas que puedes hacer:
1.definir lo que quiero realizar o cambiar de forma clara y concisa.
Comienza siempre por definir bien la meta. Incluso ponlo por escrito. Haz un ejercicio de compromiso contigo mismo.
2. Establece metas intermedias
Una vez tengas tu objetivo definido, busca cómo medir tus progresos. Te proponemos que planifiques puntos intermedios, para ir consiguiendo avances hasta poder alcanzar lo que te propones realizar.
ejemplo
El objetivo de “intentar bajar de peso” es, en sí mismo, demasiado abstracto.
Planifico: Elijo 6 meses. De Enero a Junio. 24 semanas.
Propuesta: La idea es bajar 300 gr. de peso total a la semana.
Números: 6 meses, 24 semanas, 300gr/semana= 7.200gr. = Llego a Junio con 7, 2 Kilogramos de reducción.
No estaría nada mal, ¿eh?
3. Intenta darle orden y método a lo que te propones realizar.
Infórmate debidamente antes de empezar, y decídete a hacer las cosas bien desde el principio. No sólo con una buena planificación, sino también bien hechas en relación con los contenidos y como debo desarrollarlos.
otro ejemplo
Decides comenzar a realizar algo de ejercicio físico. Salir a caminar, porque sabes que puede ser saludable y positivo para tu salud, ¡bien!
Tendrás que prestar atención a tres variables: FRECUENCIA, DURACIÓN, INTENSIDAD.
Frecuencia: Número de días a la semana que vas a caminar. Prudencia: comienza con dos o tres días por semana, y vete incrementando las sesiones a medida que cojas el ritmo.
Duración: Define el tiempo de caminata, es decir, cuánto vas a hacer cada vez que salgas: 30 minutos, 1 hora, 2 horas…
Intensidad: En este caso sería el ritmo (velocidad) de la marcha mientras caminas.
Si no equilibramos o nos pasamos en estas variables es posible que acabemos abandonando por exceso, por defecto o simplemente por aburrimiento.
4. mantente motivado.
Esto es la mitad de la fórmula en este proceso, sin ella es difícil. Ten presente tu objetivo y no cejes en el intento. Añádele un poco de paciencia y constancia a tu proyecto y obtendrás una ecuación de éxito.
La mala noticia es que, a buen seguro, te va a costar.
La buena es que puede hacerse.
Ya sabes…
“Tanto si crees que puedes hacerlo, como si no, estarás en lo cierto”