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¿qué es el estrés?

APRENDE A IDENTIFICAR los síntomas de que algo no va bien

El estrés es uno de los caballos de batalla del s.XXI. Con los últimos avances tecnológicos, el ritmo de vida ha cambiado muchísimo, y a veces nos quedamos sin herramientas para manejar nuestros problemas diarios. En BDM creemos que una correcta gestión del estrés es fundamental para vivir una vida plena y armoniosa, y por eso queremos daros un poco de información sobre qué es el estrés, y en qué señales debemos fijarnos para evitar que nos sobrepase.

 
 

¿QUÉ ES EL ESTRÉS?

El estrés no es más que una respuesta de activación del organismo ante un estímulo estresante, que puede ser:

  • Psicológico, como quedarse en paro, tener un examen, llegar tarde al trabajo, etc.

  • Físico, como estar pasando frío durante un periodo de tiempo prolongado, la actividad física intensa, tener hambre, etc.

La respuesta de estrés, por tanto, se compone de tres fases:

  1. Alarma de reacción: Nada más aparecer el estímulo estresante, nuestro cuerpo empieza a mostrar algunos síntomas característicos, como una bajada de la temperatura corporal o un incremento de la frecuencia cardíaca.

  2. Resistencia: Durante un tiempo, el organismo se adapta a la situación, con un gasto de recursos menos intenso que en la fase anterior, aunque constante.

  3. Agotamiento: Cuando el estrés se mantiene durante demasiado tiempo, el cuerpo consume sus recursos y poco a poco va perdiendo su capacidad de adaptación.

 
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TIPOS DE ESTRÉS

Normalmente, el estrés se asocia con algo negativo, pero no siempre ocurre así. Hans Seyle, que fue el primero en definir la respuesta de estrés en la década de los 50, rápidamente se dio cuenta de que, a corto plazo, el estrés produce cambios en el organismo para poder responder al estímulo estresante. Sin embargo, a largo plazo, el desgaste suele ser tan grande que los cambios acaban siendo poco útiles. En base a esto, nos encontramos con los siguientes tipos de estrés:

  • Estrés positivo: Es aquel tipo de estrés que nos permite enfrentarnos a una tarea con todas nuestras fuerzas (por ejemplo, la realización de un examen o la participación en una competición). Normalmente, este tipo de estrés ayuda a mantener a la persona motivada y con energía, aspectos fundamentales para la consecución de una meta.

  • Distress: Consiste en fatiga mental causada por un rendimiento y unas exigencias superiores a las que estamos preparados para soportar. Además de disminuir nuestros niveles de energía y concentración, también afecta negativamente a nuestro estado de ánimo. En base a su duración, podemos hablar de estrés episódico (una exigencia puntual, con una duración corta o media) o de estrés crónico (cuando una situación se mantiene durante mucho tiempo, como puede ser el malestar generado por un evento traumático, llegando incluso a modificar las creencias y escala de valores del individuo). Es muy posible que una persona haya pasado tanto tiempo alterada, que no sea consciente de su sufrimiento.

Además, el estrés puede aparecer por diferentes causas, que pueden ser:

  • Externas: cuando aparecen cambios en nuestras rutinas, cuando sucede algo inesperado que no podemos cambiar, cuando padecemos una enfermedad grave, etc.

  • Internas: exceso de timidez, la sensación de que no podemos hacer nada, el perfeccionismo, etc.

Conviene recordar que la intensidad de la respuesta de estrés no sólo depende del estímulo estresante y del individuo, sino que las estrategias que se adopten para afrontarlo también influyen. Una mala estrategia podría empeorar dramáticamente una situación de bajo estrés, mientras que una buena estrategia consigue paliar significativamente una situación altamente estresante.

 

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE UN EXCESO DE ESTRÉS?

Algunos de lo síntomas que puedes notar cuando estás algo sobrepasado son:

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  1. Dolores musculares: Sobretodo en la zona de cuello, cabeza y espalda, normalmente en forma de contracturas.

  2. Problemas gástricos: dolor abdominal, estreñimiento, acidez estomacal, diarrea, úlceras, aumento o disminución del apetito, etc.

  3. Sobreexcitación nerviosa: aumento de la frecuencia cardíaca, sudoración excesiva, sensación de inquietud, aumento de la presión sanguínea, náuseas, necesidad de moverse, ataques de migraña, etc.

  4. Una mayor presencia de emociones negativas a lo largo del día (tristeza, irritabilidad, miedo, frustración, insatisfacción, etc.).

  5. Inseguridad y sensación de indefensión (ganas constantes de tirar la toalla y pensamientos del tipo “no puedo hacer nada”).

Si últimamente presentas 3 o más de estos síntomas, quizás sería buena idea contactar con un profesional para evitar que la situación se complique.

 

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA

  • Pinel, John P. J. Biopsicología (4ª Edición). PEARSON EDUCACIÓN, S. A., Madrid, 2001

  • Carlson, Neil R. Fundamentos de fisiología de la conducta. PEARSON EDUCACIÓN, S. A., Madrid, 2010.

  • Psicología y mente https://psicologiaymente.com/clinica/tipos-de-estres